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La tecnología avanza en todo lo que conocemos, está incluida en casi todos los ámbitos de nuestra vida: ordenadores, móviles, televisión, patinetes, vehículos, etc.
Desde bien pequeños muchas personas soñamos con cumplir la mayoría de edad para poder conducir y desplazarnos por el mundo libremente con nuestro vehículo, un medio de transporte que es usado diariamente por miles de personas y que nos facilita muchísimo la vida, ya sea para ir a trabajar, hacer la compra, irnos de viaje o visitar a la familia. El coche es un medio de transporte casi imprescindible, algo impensable antes de su primera invención en 1885.
El primer coche de la historia fue un vehículo de tres ruedas a motor obra de Carl Benz, fundador de la empresa que ahora conocemos como Mercedes-Benz. Lo curioso de estos automóviles es que alcanzaban una velocidad máxima de 20km/h funcionando con gasolina que se compraba en las farmacias y, además, en poca cantidad. Pero, aunque a nosotros esto nos parezca poca cosa, para la época era un avance muy significativo y todo un logro para la industria automovilística y el avance de las nuevas tecnologías.
En 1908, Henry Ford, aprovechando el empuje de la Revolución Industrial, comenzó a producir automóviles en cadena, algo casi impensable teniendo en cuenta que hasta el momento los coches se fabricaban a mano y tardaban mucho tiempo en terminarlos. Esto supuso otro avance más para la industria y también para la humanidad, ya que se fabricaron quince millones de ejemplares.
A partir de este momento, con las guerras de por medio y el avance de la tecnología, el interés por los coches fue creciendo mucho más hasta llegar a día de hoy donde encontramos modelos muy diferentes y con infinidad de características. Lo que nos parece básico en un coche como la radio, Bluetooth, intermitentes, luces, etc. era impensable hace años.
Es tal el avance tecnológico que ya disponemos de coches con wifi, eléctricos, que aparcan solos y sobre todo más seguros.
Los coches actuales nos proporcionan una conducción más eficiente y segura, información en tiempo real del tráfico y mejores prestaciones del vehículo, lo que deriva en una mayor comodidad para el conductor y sus pasajeros. Actualmente casi todos los nuevos modelos incorporan un sistema de frenado automático y alertas ante movimientos involuntarios. También detectan si el conductor se está quedando dormido al volante.
Gracias a la tecnología, los coches podrán transmitir información útil a los equipos de emergencia en caso de accidente, como la localización exacta del siniestro o el número de pasajeros.
Por otro lado, nos encontramos con los vehículos eléctricos que ya se están incorporando a la sociedad. Lo hacen de forma tímida y en su mayoría siendo híbridos, pero se espera que la carga eléctrica sustituya por completo a los motores de gasolina en los próximos años.
La tecnología ha demostrado una vez más que es útil para muchos ámbitos de nuestra vida y que cada día sigue avanzando.